Hoy hemos retrasado nuestras reflexiones hasta después de la celebración de la fiesta de la onomástica de Cris. Y la verdad es que os puedo contar que ha sido maravilloso, ver la Iglesia de la Real Abadía de Samos repleta de gente, amigos que por desgracia han tenido que estar de pie, amigos que han venido de muy lejos, amigos que han realizado un esfuerzo importante en compartir tanto cariño y alegría en la fiesta del Santo de Cris. Cris agradece de todo corazón estas muestras de cariño, de paz, de amor y que hayais rezado con ella, para tener un mundo más lleno de los valores como los que nos ofreció, cuando estuvo en la tierra y ahora nos ilumina desde el cielo.
Cristina está feliz, el haberse sentida tan acompañada no le deja más que un poso de dulce sabor en su gran corazón, transmite a la Comunidad Benedictina de Samos un abrazo intenso y repleto de amor por haber ofrecido la Real Abadía con toda la hospitalidad que la orden Benedictina sabe disponer a todo el que lo necesita o solicita; y sigue con los agradecimientos, se queda sin palabras para Elsa y Canco, y resto de componentes de Ars Combinatoria que con su música y cánticos han conseguido ser un vehículo para trasladar tanto amor presente en la Abadía.
Han sido unos momentos entrañables, han sido momentos repletos y cargados de majestuosa alegría y felicidad, Cris nos ha invitado con toda la fuerza que siempre volcaba en el servicio a nosotros. Por ello nos transmite su agradecimiento más entrañable y sobre todo su agradecimiento más amoroso.
