El pasado Domingo, a la misa de Santa Marina, se ha acercado Julia, Julia
es una señora emigrada a Venezuela de la que ya he hablado de ella, y que como
cada verano se acerca a Sarria a pasar esta maravillosa estación. Con Cristina
había nacido su amistad con la compra de un piso en la avenida de Becerreá, y
desde aquel momento el nombre y compañía de Julia estaba en el corazón de Cris.
Verla, charlar y sentirla ha sido un gran momento, todo lo que huele a Cris
me atrapa en esa inmensidad que desprendía Cristina, su reflejo se puede palpar
con cualquier sentido al ver a esas personas que, como Julia, Cris tanto quiso.
En verdad que he vivido este Domingo, día del Señor, de un modo fantástico, un
día tan especial como emotivo, que parecía caminaba con Cris en sus brazos, con
sus besos, en definitiva sintiendo su presencia viva y abundante.
Muchas gracias Julia por venir a verme, por darme tanto cariño y muchas
gracias sobremanera por querer tanto a Cristina.