No dejo de soñar con un sustento que me mantiene bien en la vida. Soñar no
sería la palabra más adecuada, ya que soñar parece alejarse de la realidad. Pero
me tomo la licencia de tomarla, para hacer mi vida como más y más plena. Porque
también es muy cierto que cuantos sueños se hacen realidad, se cumplen. Si, se
cumplen más de lo que nos parece. Olvidémonos, un poco, de los sueños oníricos
y centrémonos más en los sueños que tejemos durante nuestro crecimiento,
basados en nuestras ilusiones, en nuestras metas, en nuestros objetivos y en
nuestra esperanza. Para todo ello, convendrán conmigo que independientemente de
que se toque la religión o no y de nuestras propias creencias, comenzamos con
una esperanza, la fe es una virtud importantísima, y al final, la joya de la
corona, el sol que da vida: el AMOR. Es que si uno logra poder amar y por tanto
ser amado, tiene todo en la vida.
Cristina me permitió saber que era el amor, que inmensa fuente de riqueza
tenía, cuanto con el se podía alcanzar. Lo tengo dicho muchas veces, jamás me
cansaré y nunca desfalleceré a pesar de repetirme, cansar, aburrir y encontrar
dificultades. Y es que tengo un sueño, y ese sueño tiene dentro las tres
virtudes para hacerse realidad. Es un sueño precioso y sobremanera es un sueño
que Cris me enseña, como siempre, ha atraparlo.
Sueño contigo Cristina