El Domingo es un día tan especial. Lleno de alegría, amor y encuentro. El día
que alabamos al Señor; la fiesta que nos une a los hermanos en Cristo, que me
logra transportar a un estado de plácida travesía en todos los ámbitos, en los
que nuestro Ser tiene su sentido. Es sin lugar a dudas el mejor día de la
semana, en ese día logro acercarme a Cris con mayor intensidad, y con ello mi
bienestar aumenta, con su presencia espiritual soy capaz de disfrutarla, amarla
y empaparme de sus virtudes.
La vida humana ineludiblemente nos encauza, en no pocos momentos, por
senderos que pueden llegar a ser horrendos, que con nuestro corazón, alma, contrición,
fe y determinación logramos llevarlos a más transitables, enderezables y
mejores. Y qué decir de los buenos, que seguro alcanzamos en un mayor número de
veces, estos se vuelven un tesoro, que nos hace ver nuestro egoísmo, epicureísmo
y desidia como unas manchas lúgubres y sin sentido, de los cuales debemos y
podemos abandonar.
Para mí el Domingo es más que un día, es un día super, un día para hacerse
mejor persona.