Esta semana pasada ha fallecido Recaredo, Recaredo era un buen hombre, que
junto con su viuda y su hija pequeña siempre arroparon y arropan a Cristina, y
a todos nosotros. Puedo decir que Recaredo era uno de los muchos tesoros
humanos que Cris me ha dejado, cada vez que lo visitábamos, encontrábamos una
enorme persona: tranquilo, paciente, lleno de generosidad, atento y muy
cándido, referido este último epíteto a su falta de malicia. Entrañable y con
una sonrisa agradecida, nos invitaba a su hogar con ese olor a una amistad de
la buena; hombre prudente y mesurado, departía con nosotros como huérfano de
malicia y pertrechado en una ralea especial, como a la que era inherente su
amiga Cristina. Son en estas virtudes, donde seguro allá se están viendo y disfrutando
de sea vida, siempre perenne y presente en nosotros. Que esa vida tan plena que
tuviste aquí en la tierra, Dios te la regale en el cielo amigo Recaredo.