En verano las cosas se perciben como con más brillo, con mayor lucidez y
esplendor. Recuerdo a Cris estar por estas fechas en La Manga y la recuerdo a
su regreso con un brillante moreno, con su dentadura blanca protagonista de su
bella sonrisa. Me contaba las historias con la gente que allí conocía: de
Madrid, Salamanca, Asturias, Andalucía, un sinfín de lugares, irradiándolo con
felicidad y mucha, mucha ternura.
Llegada esta época del año se me aparece la más hermosa Cristina, inmensa
en belleza, tanto por dentro como por fuera. Por ello, cuando vienen estos
días, encuentro su halo más lúdico, no por ello menos tierno, en mi alma y en
mi corazón, que se traduce en alegría pura y cargada de esos elementos que la
hacen perdurable, magnífica y sobretodo auténtica.
Hoy hace la primera comunión nuestro sobrino Manuel, tenía dos años y medio
cuando Cris nos dejó en la tierra y recuerdo verlo traste y supercariñoso,
abrazado a Cristina y ella disfrutando como tanto hacía. Hoy es un día de
fiesta, es un día hermoso para Manuel y seguro que Cris lo estará disfrutando
muchísimo, para ella allá donde hay amor está su sitio.
Que Dios nos guarde en este tesoro llamado
Cristina.