Leyendo las obras de Mahler uno se encuentra con corazones que han sufrido y revivido, que su maestría parece elevarlo como muestra su extraordinaria obra. Acercarme a semejantes hombres, me hacen revivir, y poder acumular calor y abrazar mucho y mucho a Cristina.
Verla clara su sonrisa, sonrisa que la hacía despojarse de cualquier
atadura y ser libre, dulce y feliz en su vida. Mi tesoro, tesoro mío, reina de
mi corazón. Ahora me iré al cementerio a buscar tu encuentro, allí me uno a ti,
parece como si tu alma allí más cerca tuviera, parece como si tu sonrisa mejor
allí oyera. Yo te rezo, tú me amas, que intercambio de lenguaje, que como todas
las veces de ti nace. Mi tesoro, tesoro mío, reina de mi corazón. Tú lo
ablandas, tú lo haces bombear, y oímos doblar las campanas y a los pájaros
cantar. Cantan florecilla, cantan gorrión. ¡Que hermoso es el mundo¡. Como tú a
mí me lo mostraste, siempre luz en la oscuridad. Mi tesoro, tesoro mío, reina
de mi corazón. Cuando atravieso nuestro hogar, tu presencia regala amar, nunca
me deja exangüe siempre vida me da. No importa al cielo te hayas mudado, tu
presencia está en tu hogar, siento dolor cuando no logro verte, siento amor
cuando miro a los cielos. Mi tesoro, tesoro mío, reina de mi corazón.
Hacer despertar mi ser, tus labios en tu sonrisa me han arrojado al edén y
seguro yo he pecado, solo tu amor me ha salvado. Mi amigo era el dolor, al fin
hallé descanso en el sueño de mi vida, esposa mía, bajo tu manto fui arropado.