Hablar sobre el
papel nunca puede evocar la ilusión de la cercanía, del estar cuerpo con
cuerpo. Empero existen hitos que nos marcan más allá de nuestro ser y que a
buen seguro nos vemos junto a otra
persona. La enorme y alegre evocación que nos llega el día de Navidad es uno de
esos hitos. Es cierto que para alcanzar tal vivencia, debemos liberarnos del
egoísmo propio e innato y abandonarnos en la humildad y sobremanera en la
caridad.
La historia del
nacimiento de Jesús es tan conmovedora que es sin duda un día para poder
alcanzar ese estado de apertura mental y espiritual, que nos haga recibir con
agrado todo el bien que llevamos dentro y que por causas cien no somos capaces
de hacerlas florecer.
Poder contemplar
a Cris, cada uno como somos capaces, es seguro un camino seguro para poder
alcanzar lo dicho. Escribir su recuerdo nos permite enaltecerla, adornarla,…,
es mantenerla presente y así poder ver su sonrisa sincera, cariñosa, mágica y
poderosa, que nos hace vivir serenos, alegres y dichosos de haber venido a este
mundo, comprender que la fe nos lleva a la razón y esta a ser mejores personas,
a querernos fraternalmente y encontrar sentido a nuestras vidas.
A todos Feliz Navidad