Entramos en septiembre, muy cerquita ya nos queda la efemérides de la
muerte de Cris. Aquel 18 de octubre de 2015, Cris se nos fue al cielo, quiero
preparar el camino para que este séptimo aniversario sea un glorioso momento,
un glorioso día que marque para siempre la vida que Cris nos regaló, nos
enseñó, nos transmitió y todo ello lo seguirá haciendo hasta que la encontremos
allá en el cielo, donde seguro permaneceros muy, muy juntitos y amparados.
Cada 18 de octubre es y será una fiesta, porque más allá del dolor humano
estamos inmersos en algo que jamás me hubiese imaginado vivir. El camino del
amor trazado en mi corazón desde aquel lejano 9 de junio de 1989, cuando
nuestros corazones se “imantaron”, cuando nuestro destino se unía fundidos en lo más maravilloso que
existe, el AMOR. Cuando un ser humano florece a la vida es el amor lo que lo
sustenta lustroso, amparado y feliz; no existe otro elemento más importante en
la vida humana y ello lo encontré en Cris.
El camino del AMOR tuvo un comienzo aquel 9 de junio de 1989, y siguiendo
ese camino no se ve el fin, no se ve el ocaso, solo se ve LUZ.