Pasando momentos complicados se vuelve uno a buscar aquellas palabras de Cris que tanto amor me daban, para revivir, para buscar alimento al alma que tire de un cuerpo maltrecho y cansado. Como Santa Teresa de Jesús, Cristina con un mínimo de estado de salud suficiente, era perseverante y defensora acérrima de su razón. Por ello me acuerdo mucho de Cris con las lecturas de Santa Teresa, hoy traigo a este baúl de recuerdos de Cris un poema de la Santa que deseo sea fuente para todos recordando a Cris en la tierra y ahora en el cielo.
“Ya toda me entregué y di
y de tal suerte he trocado,
que es mi amado para mí,
y yo soy para mi amado.
Cuando el dulce cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor
mi alma quedó caída.
Y cobrando nueva vida
de tal manera he trocado
que es mi amado para mí,
y yo soy para mi amado.
Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedo hecha
una con su Criador,