Hablar de la belleza de Cristina es tan fácil, como que mi esposa me la ha
regalado en todo su significado. Su belleza física asalta la vista y su belleza humana asalta el
corazón. Me resulta de una alegría extraordinaria poder dejar que mi corazón
hable en estas líneas sobre Cris bella. Cuanta belleza me ha regalado, he
disfrutado de ella porque en Cris era bella su sangre, su corazón, su cerebro y
su alma. Todo en ella era y es bello. Puede que parezca una elegía, pero se
aleja de mi realidad; su fallecimiento semeja e impacta con extraordinaria
vileza, para cualquier humano es una desgracia la pérdida de un ser querido,
pero me fugo a la cercanía de su belleza plantada como una semilla que germina
y llama para ir al cielo, allí ha fundado una sinécdoque que brilla en el
universo:
“Gritamos
Belleza y quién de nosotros no piensa en Cristina”