Estoy seguro que muchas de las cosas buenas que me pasan en mi vida, son
producto del amor de Cristina. En concreto, este viernes de Dolores, he tenido
la fortuna de ser el pregonero de la Semana Santa de Sarria. Un momento donde
mi mayor ilusión era ser un reflejo de Cristina, en momentos en los cuales la
vida sigue siendo vida después de nuestra muerte humana.
Antes, durante y después de ese maravilloso momento de pregonear la vida de
Jesús, me sentía iluminado, instruido y acompañado por el amor de Cris. Desde la
humildad que me auxilio en buscar, y confieso me es complicado alcanzar, puedo
asegurar que mis destellos, mis puntos más o menos brillantes que puedo llegar
a alcanzar, proceden con toda certeza del inmenso amor que Cris me regala sin
pedirme nada a cambio.
Viva la vida en el corazón de Cristina