Sucede cualquier día, cualquier año, cualquier mes, yo diría que incluso a cualquier hora, los regalos que Cristina me ofrece no descansan, y su amor es como el océano, puedo ver donde comenzó pero jamás donde terminará.
Hoy es un día tan especial, el Corpus Christi, que es una preciosidad saborear el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Nuestra alma busca ese frescor del amor siempre disponible, que plasmo en estas letras, sencillas y seguramente insignificantes para tanta Caridad. Caridad que hoy he vuelto a recibir. Llora mi corazón con consuelo al recibir tanto amor. Acabada la Eucaristía, la vida se asoma a la vida, nuestro Padre, por medio Cristina y presente sus amigas Maricarmen y su hermana, de Farbán; abrazan mi corazón, escucho tus palabras Cris en las suyas, mi alma tiembla de amor y clama que dure esa agitación. ¿Qué será de mí sin ti?. De tu finitud humana ha emergido mayor belleza, para seguir alimentándome en el bien, que no vea oscuridad. Y te veo sonriente, y me veo agradecido de tanto regalo. Hoy me has donado el cariño de tus amigas, junto a ellas luz de vida, caridad y amor, amor y caridad, sinónimos en este bello día de Corpus Christi.