No sé si puede sonar falso, postureo o cualquier otro adjetivo, pero lo
cierto es que a cada momento, obviamente no con una cadencia regular, me
acuerdo de Cristina. Su impacto en mi vida ha sido tan arrollador que me
sucede, de una forma tan natural como especial, tener a Cris siempre presente
conmigo. El paso de los años seguro ha suavizado el dolor humano, las lágrimas
ya no asoman con tanta facilidad por mis ojos, lo que no quiere decir que esos fueron
momentos desgraciados, eran momentos que destacaban de una horrenda desgracia
humana, pero que se obtenía un amor profundo, bendecido, yo diría que hermoso,
grande y sobre manera enorme. Pues ese amor, ahora lo recibo desde otra
perspectiva humana, pero no ha perdido un ápice de su enorme esencia, de su
enorme grandeza y sigue tan fuerte como anteriormente.
Como comentaba, desconozco el número de veces que mi mente se va a sea
divinidad humana, pero son unas cuantas a lo largo del día, y son una bendición
de Dios. Tener a Cris presente en mi vida me hace ser mejor persona, no digo
buena persona, digo mejor. Sin su amor, que no ceso de recibir, no podría
mejorar, noto y me doy cuenta lo que no se deben hacer. Pues esa capacidad de
poder corregir esa potencial actuación negativa, la consigo gracias a Cris.
Cristina está siempre presente y ello es prueba de que vive conmigo, es cierto
que ahora de otra forma, pero vive conmigo.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.